Por Marco Reyes
Cuando recién iniciamos Sendengo hace poco más de 5 años, viví una decepción profunda en los primeros 6 meses por la industria que habíamos decidido atacar: transporte de carga.
Teniendo toda la energía, el empoderamiento y los ideales que te da tener 26 años, nosotros queríamos crear un negocio de alto impacto que ayudará a construir un México mejor, sin embargo, nuestra sorpresa fue amarga al encontrarnos con una industria antigua, no humana y de mucha corrupción. Ojo: nunca nos arrepentimos, solo fue sorpresivo, no lo esperábamos (en otra ocasión les cuento).
A esa edad (26 años), no le daba la importancia que le doy hoy a los principios y valores con los que fundas una empresa y con los que desarrollas la cultura organizacional. Para mi sorpresa, y sin planearlo, creamos una de las culturas organizacionales más revolucionarias de la industria:
Desde sus inicios promulgamos que Sendengo intentara resolver con tecnología lo que todos estaban haciendo manual, eso nos dio un mindset de innovación espectacular dentro de una industria tradicional. Tratamos a los transportistas y operadores como seres humanos, sin echarle ganas de más ni de menos, sino simplemente como relaciones humanas reales y dignas, que promovieran que sus negocios siguieran creciendo, sin darnos cuenta, que esa sería una de las razones por la que los transportistas se enamorarían de Sendengo. Como buenos millennials, desafiamos los esquemas tradicionales y no impusimos jerarquías organizacionales, incluimos a todos los nuevos colaboradores como miembros nuevos de nuestro círculo de amigos (nos íbamos todos los fines de semana a echar la chela), ocupamos una oficina sin paredes ni cubículos, le dimos a todos acceso a información y a nuestro conocimiento y confiamos casi a ciegas en la buena voluntad de nuestros nuevos colaboradores.
Estos pilares fundaron la cultura organizacional de los primeros “Sendengos” y la permearon a lo largo de los años, y sin planearlo, se convirtieron en la razón por la que creo que Sendengo está transformando la industria de transporte de carga.
Dentro de esta industria caótica y dura, Sendengo es hoy el mejor lugar para nuestros transportistas por la filosofía con la que la operamos, por la innovación y honestidad que permeamos en nuestras relaciones comerciales y porque creemos que la transparencia es es el mecanismo para cambiar el status quo de la industria.
El camino ha tenido sus detractores, tuvo también a quienes faltaron a nuestra confianza (tanto transportistas como colaboradores) y tuvo por supuesto sus desventajas por ser inexpertos de la industria ya que ninguno de los 4 founders sabíamos de transporte (en otra ocasión les cuento).
Sabemos que nos falta mucho por trabajar y que no somos perfectos, pero ir hacia allá y querer ser el lugar donde la conveniencia y la visibilidad de la experiencia sean el factor diferencial por el cual los transportistas y clientes trabajan con nosotros, nos hace únicos y es la razón por la que creo que Sendengo (y sus “Sendengos”) están transformando la industria de transporte de carga.